3 de septiembre de 2008

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3 de septiembre de 2008
Desde el último fragmento de mi aliento
se levantan ciudades, naciones, continentes,
grandeza, erecciones y árboles de mil años;
comprenderás, entonces,
desde la grandielocuencia de mi espíritu,
que pase de ti y de los tuyos,
de la sangre que te brota del coño,
que haga caso omiso de las advertencias
grabadas en tus muslos
en relieve pronunciado y tinta verde.