En la textura
porosa de tu espalda
se extienden mis palabras,
ocultas para todos los demás.
Mirarás,
atada con un hilo blanco
las formas que guardan
los besos delictivos
las caricias del estupro
la malformación de la imágen.
Veo tu costado
y pretendo tu espalda
tu corva
tu joven ternura,
para hacerme un collar
de infinitos
que me saquen del letargo
y me concluyan a un costado
del crimen que he de cometer.