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29 de marzo de 2008
28 de enero de 2008
Un espejo simulado
28 de enero de 2008
Esto lo dijo Julio Cortázar en la nota que viene en Los Premios, una novela anterior a la tantas veces recurrida Rayuela:
"...También quisiera decirle, tal vez curándome en salud, que no me movieron intenciones alegóricas y mucho menos éticas. Si hacia el final personaje alcanzaba a entreverse a sí mismo, mientras algún otro recae blandamente en lo que el orden bien establecido lo insta a ser, son ésos los juegos dialécticos cotidianos que cualquiera puede contemplar a su alrededor o en el espejo del baño, sin pensar por ello en la trascendencia."
Esto me pone a pensar en novelas como El gran vidrio y artefactos similares, donde la insistencia grotesca de simular un espejo (que Duchamp me perdone) se transforma en un artificio que demuestra que el escritor está obsesionado con transformar la literatura en un tipo de plástica donde pueda esconder que ya no tiene nada que decir.
"...También quisiera decirle, tal vez curándome en salud, que no me movieron intenciones alegóricas y mucho menos éticas. Si hacia el final personaje alcanzaba a entreverse a sí mismo, mientras algún otro recae blandamente en lo que el orden bien establecido lo insta a ser, son ésos los juegos dialécticos cotidianos que cualquiera puede contemplar a su alrededor o en el espejo del baño, sin pensar por ello en la trascendencia."
Esto me pone a pensar en novelas como El gran vidrio y artefactos similares, donde la insistencia grotesca de simular un espejo (que Duchamp me perdone) se transforma en un artificio que demuestra que el escritor está obsesionado con transformar la literatura en un tipo de plástica donde pueda esconder que ya no tiene nada que decir.
14 de enero de 2008
Crítica
14 de enero de 2008
La crítica en nuestro país suele ser despiadada, ignorante, pero despiadada. Todos los días podemos encontrar en distintos periódicos, suplementos, revistas y blog continuos ejemplos de una crítica anacrónica, repleta de peyorativos y adjetivos que sirven al crítico para sustituir las ideas genuinas y necesarias que una crítica requiere. Hablar de un libro por el simple hecho del repudio a un autor o utilizando la información recogida en las solapas es una falta de respeto al oficio, que nos quede claro: no cualquiera puede hacer crítica. Hace mucho tiempo recordaba la polémica entre Alatorre y Lemus, ambos defendían distintos ejemplos de hacer crítica, sin embargo ambos eran implacabales con sus enemigos y allegados que disentían con la manera de pensar de ambos monstruos. Hoy tanto Lemus como Alatorre son anacrónicos, la historia de Rafael será contada por otros en algunos cotilleos literarios, pero nada evitará que sigamos esperando una crítica inteligente y de tendencia imparcial en nuestro país, que proponga con lenguaje y pensamiento la dirección que debe o no tomarse al acercarse a un libro u obra determinado, sin embargo con el nuevo imperio crackfiano, la apertura de los espacios para este tipo de crítica se ven disminuídos día con día, será entonces momento de tomar los blogs o las paredes de los institutos de cultura.
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