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28 de febrero de 2009

Razones I

28 de febrero de 2009
Hace unos días alguien me preguntó que se hacía con una buena idea. Yo le dije que lo importante con una buena idea es sostenerla fuertemente con el dedo índice y el pulgar hasta que deje de moverse, una vez quieta hay que darle vuelta, siempre siguiendo el movimiento de las manecillas de un reloj (si se usa un reloj digital da igual cuál sea el movimiento porque la gente que usa relojes digitales no tiene ideas). Una vez que la idea esté quieta y mareada hay que introducirla violenta y rápidamente por el recto de la persona que tengamos más cerca, si no hay nadie alrededor debe ser el recto propio y se debe decir la siguiente oración:

Santa madre de las ideas,
permite que este sacrosanto culo
se apropie de tu sapiencia
y no propague tu existencia
hasta que la flatulencia,
acto natural de la sapiencia,
haga lo propio.

Amén.

Tras decir la oración y dejar de sentir contracciones en el recto (afrontémoslo, la mayor parte de las ideas se dan en solitario) se debe caminar por uno o dos días hasta que la digestión haga lo suyo y el mundo reciba nuestra idea en forma de aire fétido y cálido. Al final, de todos modos iban a decir que era una mierda.

20 de abril de 2008

Crueldad

20 de abril de 2008
Creo que en la más profunda de las dulzuras anida la más cruel de las violencias.

11 de abril de 2008

Hablemos

11 de abril de 2008
Cada vez es más difícil hablar de libros, literatura, escribir, leer. La gente parece tomar estos temas demasiado en serio, como si existiera una distancia infranqueable entre el objeto de la lectura y el partido de fútbol, entre el bar de anoche y el libro de anoche. Hablar sobre lo que leemos, escribimos, debe ser un acto de gran naturalidad y cotidianeidad. Elevar el discurso hacía la cultura y el acto de ser culto es un desperdicio de ideas, retroalimentación, profundidad. Normalmente no encuentro interlocutores interesados en llevar el libro a las mesas de café, parece que en cuanto se menciona una idea apasionante pero nacida de una hoja de papel todo en la conversación se vuelve un poco artificial y la gente se pone a pensar mucho más de lo que es necesario. Leer es un acto natural como comer, cagar, embriagarse, aunque pueda leerse mientras se está en la mesa, en el baño o con el vaso en la mano. Hablar de literatura es algo tan simple como hablar de perros o del clima, son nuestros pequeños criterios los que embarran la conversación de ejercicio intelectual.

22 de marzo de 2008

Dix

22 de marzo de 2008
El poema es un coito del lenguaje.

27 de febrero de 2008

Crack

27 de febrero de 2008
He llegado a la conclusión de que mi problema con el Crack es que sus novelas me parecen marca ACME.

22 de febrero de 2008

Ojo de camello

22 de febrero de 2008
Intento pasar una palabra por el ojo de un camello, por la joroba de una aguja y no dejo de pensar que dejé un sombrero en casa ajena. Se vuelve complicado continuar, lentamente, pensando en el mañana y cómo el sol se revienta contra mis ojos, el calor se vuelve sofocante aquí, donde las cosas parecen derretirse como helado de vainilla. Por un momento pienso que quizá soy demasiado helado para tan poco barquillo.

4 de febrero de 2008

Transnacional

4 de febrero de 2008
Una de las grandes diferencias entre los escritores hispanoamericanos y los escritores norteamericanos es la siguiente:

Los primeros se pasan la vida hablando de lo que les gustaría hacer, mientras que lo segundos son obligados a pasar su vida hablando de lo que hicieron.

"Sneaking out this way, I was so afraid of getting caught (...) I feel just like... Anne Frank"

"The way i see it ..." She says, "Anne Frank had life pretty good (...) At least Anne Frank, (...) never had to tour with her book"

Haunted, a novel. Chuck Palahniuk

Lector

Leer debe ser una ocupación, no una obsesión recurrente.

21 de enero de 2008

Escribir

21 de enero de 2008
Es un acto confuso, indestructible, todo comienza con la primera palabra y va desenvolviéndose, al menos así funciona para mi. Rara vez tengo esa idea genial en mi cabeza, el destello de inspiración se aparece cuando he escrito unas 100 o 200 palabras. Pero escribir no es una actividad espontánea, resulta complicado empezar a hacerlo cuando son las cinco de la mañana y los párpados se sienten pesados como lápidas, resulta tedioso escribir palabras cuando el sol se mete en la ventana y te grita que el día es digno de admirarse. También resulta complicado sentarse a escribir cuando se está a la mitad de una buena novela que te exige la atención que cualquier buena novela tiene que exigir de su lector. Es una pésima idea masturbarse a la mitad de un acto de escritura, pero sobretodo, lo más dañino al momento de escribir es pensar en sentimientos profundos como amor u odio, porque todo lo que se pone en la página resulta una copia ilegible de eso que en realidad estamos pensando en hacer. Escribir es una patada en los huevos, cuando lo haces bien.

28 de noviembre de 2007

Miercoles

28 de noviembre de 2007
Todo da vueltas, tú incluido, intentas tomarte de tu lámpara de escritorio pero tus dedos se resbalan como si fuera plástico brillante, sientes la capa caliente de luz que recorre el interior del tubo y te preguntas sobre el día que te está cayendo encima, con sus primeras nubes y un sol que se agazapa, la pregunta sigue ahí ¿ya hemos llegado? Pero nadie te responde, solo queda el silencio que sale de las coladeras mientras los perros ladran , observas la cortina de luz caer sobre tus manos y te das cuenta que ya no son las mismas con las que tocaste por primera vez. Quizá algo de verdad ha cambiado, el tono en que ladra el perro o la calidez de la punta de tus dedos, te gustaría recorrer plástico nuevo otra vez, como si todo dependiera de ello y al mismo tiempo nada, podría ser que ahí, en medio de todo el manglar de partículas en el aire, se encuentre la honestidad que hace tanto tiempo necesitas y buscas.