Primero: Suba a toda prisa las escaleras, abra la puerta que da al techo con el hombro y mientras cae de bruces sobre el cemento piense muy bien en sus actos.
Segundo: Busque la orilla más pronunciada, analice durante unos minutos el movimiento del viento y la distancia entre usted y el piso. Mientras mira a su alrededor para estar seguro que no habrá testigos, dé los pasos necesarios hasta llegar al borde.
Tercero: Mire una sola vez, profundamente hacía abajo, comprenda que lo que usted está a punto de realizar es un acto de justicia, la misma que no pudo detenerle cuándo todo aquel asunto que ahora lo trajo hasta aquí. No se arrepienta.
Cuarto: No se arrepienta.
Quinto: Salte y mientras desciende intente dar una pirueta, procure que su cabeza sea lo primero que choque contra el piso.
Sexto: No se arrepienta.
Del primer manual para asesinos que se han salido con la suya.
Escrito por Mr. Y