12 de noviembre de 2008

Sueño

12 de noviembre de 2008

En mi sueño hay una autopista de mármol,

un templo que se torna violeta

cuándo pega el sol

y una canción que sirve

para los desamparados.

En mi sueño hay un lago de sangre

que inunda los valles

y las casas de los enanos,

una luz que pega de frente

cuándo se quiere tanto,

como yo te quise a ti.

En mi sueño los fusiles escupen versos

y las bombas dejan huecos

donde cabe la mano de un niño

y la voz de un viejo.

En mi sueño la gente no duerme

porque si duerme la piel se pone verde

y se enraízan en sus piernas

bugambilias venenosas.

En mi sueño hay lugar

para Elektra y Eurípides,

los padres del morbo,

los auténticos pilares de la antigüedad.

En mi sueño los poetas

violan la ley de gravedad y flotan

por encima de las fosas sépticas

y los rellenos sanitarios:

son las alas del deseo,

las fugaces voces de tu ensueño,

son la arena del hombre que baja

de las estrellas y te pone a dormir.

En mi sueño las calles están vivas

y cuentan historias de pasos dados

hacía ningún lugar, hacía ninguna parte.

En mi sueño la gente no tiene donde vivir

ni donde morir,

por eso caminan todo el día

y cumplen con sus labores,

cuándo sueño a la gente

tiene manos grandes y pulmones pequeños,

por eso susurran y manotean

y no gritan ni acarician.

Porque este sueño de autopistas y soles

y un mármol violeta

que refleja los dedos de mis pies,

solo sirve cuándo duermo volando

entre fragmentos de los sueños

que tienen los poetas

cuándo creen que van a morir.