Se fuga mi tiempo
en nuestra incipiente derrota
pero mi mano se dobla
y la miel se contiene
entre los miles de palabras
que nos confunden
con otros
que se visten de cuerpos
que se acercan al sol
sin importarles que lloren
las alas de cera
que usan los muertos
cuando vuela el amor
y se adentra en la tierra...
mañana llorarás por nostros
si es que te atreves
a cercenar el manto
de hilo que envuelve
mis horas ausentes
si no estoy contigo...
quizá aún vuelo
entre llamas fugaces
y soles que mueren
en el ocaso de un martes
donde mis dedos comprimen
un verso excedente
que rebosa en el blanco
mantel de tus ojos
que llueven ahora
pero no se me acercan...
le temes a mi voz
que resuena en los muros
de tu palacio vacío
que se derrumba a destiempo
mientras tus brazos comprenden
qué me estoy perdiendo
en el humo que sube
y se mete en la luz
que emiten tus piernas
desnudas de noche
blancas alfombras
donde me duermo llorando
por este tiempo perdido
cuando no estoy contigo
madlita la hora
maldita mi mano
que no te toca por bocas
que se envuelven en trucos
de mago de calle
actuando en el vilo
de una premonición
donde bailas vestida...
no cómo ahora
que revientas mi vista
contra tus senos pequeños
erguidos y ocultos
que contemplan el todo
que yo soy contigo
volando esta noche
que me como mis labios
con fuerza y horror
a tu despedida...
perdida en las horas
has vuelto conmigo.