Cuando vuelves todo cambia,
las calles se mutilan
y se te presentan
como espirales de tiempo adormecido,
a tu paso las aceras se levantan,
como olas que revietan
en las patas de un perro
que corre poseído,
por la orilla de mis sueños.
Cuando vuelves todo es
como la luz que sale de tus ojos
y se posan en las lineas de los edificios
o en las tiendas de abarrotes.
Eres tú mi razón de esta ciudad,
eres la persecución
y el objeto de mis ganas
cuando vuelves,
tal vez por eso
todo me parece más frágil,
y vuelo como el polen
que se mueve entre las flores de ventana.